El centauro Neso anhelaba a Deyanira Como si una flecha lo hubiera traspasado. Hércules regresaba a casa con su esposa, Deyanira, Y llegó al río, Evenus, subiendo a inundar con agua de lluvia de invierno, Peligroso de cruzar, con sus corrientes giratorias. Traducción de Ovidio por poeta de las hojas